Las marcas son como los perros… se parecen a su dueño.

Muchos de ustedes que son clientes de FORWARD han oído esta expresión mía: “Las marcas son como los perros, se parecen a su dueño.” Y es cierto. Tengo 25 años de experiencia y de ver cómo esta tendencia se repite una y otra vez.


Una de las marcas más queridas por nosotros los forwardianos, acaba de acreditarse en una normativa compleja y exigente, que requiere de alta competencia para ser alcanzada. Una normativa que ostentarla debe tener verde de la envidia a la competencia. Y lo mejor de todo es que… ¡se la merecen!

¿Por qué? Porque es el resultado natural de la forma en la que la marca es manejada por su dueño.


Este dueño gusta de las cosas buenas, exige orden, limpieza, mantiene su oficina y sus sucursales limpias, ordenadas, bien pintadas, bien iluminadas. Huelen bien. Los uniformes de sus colaboradores son limpios, sobrios y su atención al cliente muy afinada, controlada por una gerencia de servicio al cliente enfocada en darle una experiencia “a lo gringo” a su clientela. 

El servicio es impecable, los clientes reciben lo que pagan. Y su comunicación al nivel, claro, la hacemos nosotros :)


A nosotros, como agencia nos exigen, nos suben la barra. Nuestros proveedores saben que cuando trabajamos para este cliente todo tiene que ir perfecto. Y cuando algo no nos sale como esperábamos, sufrimos dolor de verdad, por haber mancillado esa aura de perfección que emana de la marca. (bueno, eso es también causado por nuestro TOC)


¿Y sabe por qué esa marca es así? Porque al igual que los perros, se parece a su dueño. Su personalidad, bagaje cultural y experiencia así lo demandan. El cliente es así. Perfeccionista. Exigente. Obsesivo con los detalles. Con ojo milimétrico para detectar fallas. ¿Cómo SU marca va a tener otra personalidad? ¿Verdad que no tendría sentido?


A lo largo de mi vida, he tenido oportunidad de trabajar con otros dueños de empresas, cuyas marcas también se les parece. Así como los perros se parecen a su dueño.


Desde marcas que hacen alboroto por todo lado, hasta marcas tan tímidas que se terminan perdiendo en el ruido publicitario.

Desde marcas ultra fashion, hasta marcas piso’e tierra y calzón de manta.

Desde marcas estructuradas, hasta marcas que bien podrían ser catalogadas de esquizofrénicas. Desde el cocker spaniel hasta el zaguate.


Y cada uno de estos casos demuestra que la marca es un retrato fiel de la forma en que su dueño, piensa, se comporta y ve el mundo. 


Y lo más divertido es que muchas veces el cliente no es conciente de esta transferencia de personalidad dueño/marca.


Por eso es importante que la agencia de comunicación haga una lectura y entendimiento profundo, no solo de la marca, sino de las motivaciones, gustos y sistemas de creencias de cada dueño. Porque al final debemos imprimir algo de su personalidad en su marca.

Este entendimiento es base para un trabajo relevante, una relación duradera y una generación de confianza mutua.


Y creo que eso también aplica a la inversa. Dime como es el dueño de tu agencia de publicidad y te diré como son sus ideas.


Felicidades a nuestro cliente. Tiene un excelente pedigree.


He dicho.

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